Debido a la hemiparesia que afecta a toda mi extremidad superior izquierda, el estudio del piano suponía una dificultad extra para mí, un nuevo reto que superar. Me obligaba a estar plenamente atento y concentrado en lo que hacía. Para mantener lo aprendido y seguir aprendiendo, debía practicar a diario y, además, en cada clase aumentaba la dificultad del aprendizaje y hacía que aumentase tam- bién mi capacidad para afrontar cualquier objetivo que me propusiera y fuera alcanzable.